Se ha convertido en tendencia, esos mensajes y símbolos de cualquier generación se transforman automáticamente en un icono al que recurrir para reafirmarse en la vida (y también en la decoración).
La guinda se plasma en esos ambientes de estilo rústico, retros o vintage, en decoración de interiores o en los jardines, que plasman ese ambiente y añoranza por un look que parece calmar al visitante y transmitir paz.
Da igual si pretendemos crear un ambiente de tipo informal o sobrio y elegante, los elementos de la decoración rústica están de moda, sus colores y materiales de origen natural y artesano parecen mejorar con el paso del tiempo, creando ambientes acogedores, dónde el calor de los detalles despierta nuestra añoranza.
Estos iconos, slogans y símbolos se transforman en la firma de una generación, en su ‘leiv motiv’, representando personalidades, expresiones, o incluso momentos de la historia contemporánea, frases de actores, películas o personajes que se graban en nuestra memoria y que rememoramos en cada rincón de nuestra casa (cartelees, banderolas, marcas y estampados, grabados y diseños, tipografías, texturas, paleta de colores, etc.).
Me gusta la decoración basada en símbolos, y me gusta usar esta simbología en su justa medida, sin convertir un espacio en un bazar abarrotado, ni declarar ‘zona de guerra’ una habitación para un par de pinceladas retro… cada mueble, marco, retrato o juguete vintage tienen un valor y un peso decorativo, y debe crear un espacio natural, ‘ni mucho ni poco’.
Las paredes con graffitis, los salvamanteles de cuadros, sus colores apagados pero cálidos, posters antiguos, símbolos en placas metálicas maltratados por el tiempo pero bonitos, tazas, muebles de madera rústica…
Todo lo que nos retrotraiga al pasado, pero con un significado marcado en nuestra memoria… ofreciendo objetos adaptados a grandes espacios, pero también detalles mínimos que marcan la diferencia buscando, no tanto la funcionalidad, sino la decoración y la emoción, el juego de colores y texturas, evocando el recuerdo del visitante, transportándole a ese ambiente que nos evoca una sensación.